Todo pasa

jueves 15 febrero 2018

¡Todo pasa! Pero por mucho que viaje o cambie de ciudad, la casa familiar de Barbuñales es mi centro. Es el lugar donde van a parar todas esas cosas de nuestras vidas que no podemos mover en una mochila, y nos resultan importantes. Libros, discos, fotos… Me encanta sentarme en esta ventana viendo los Pirineos mientras echo un vistazo una y otra vez a estos recuerdos que conforman partes de mí.

Hoy me paro en esta hoja llena de fotos maravillosas, y llenas de energía. Viaje a Chicago. Los miro. Los veo. Los oigo. Mi estreno profesional en el mundo del teatro. ¡Veintiún años ya! ¡Todo pasa!

Al observarnos ahí a todos nosotros no paro de preguntarme:

¿Sigues muerto si te recuerdo afectándome igual que cuando vivías y no te veía? ¿Somos ideas, carne, las dos cosas, ninguna? ¿Es más verdadero Mandela que Quijote?¿Es posible que solamente ahora exista por ti que me piensas? ¿Estoy porque haces consciente mi yo mientras moro bajo tierra? ¿Tú eres un ser extinto por no haberte contemplado o percibido aunque respires? ¿Caminamos entre muertos que no vemos ni conocemos cada día al transitar las calles de nuestras ciudades? ¿Soy yo uno de ellos para ti que no me miras, escuchas, ni observas?

¡Todo pasa! Pero sea la respuesta que sea, de una manera u otra siguen aquí. Lo veo en esta fotografía tan gallardo, y escucho su briosa voz. Al lado está ella, cuando hablaba era como el metal, a veces tan incomprensible, como profunda. Ahora los dos yacen en paz.

En memoria de Santiago, y Pilar.

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